Un extranjero llegado a Venezuela como representante de la corona española en la década 1860. Por ser fiel a su honor, renuncia a su representación, y el General Páez le crea una identidad como venezolano. Tras haber participado en diferentes batallas, se retira del ejército y decide comprar un basto territorio en la Guayana, para donarla a la Nación Yanomami que se había visto desplazada a causa de las capturas de los caucheros, y los asesinatos de las bandas de bandidos y desertores que pululaban por La Guayana venezolana. Y por ello, le apodan El Pendejo, sobrenombre que lleva con orgullo y con el cual es adoptado por el poblado Yanomami que se encuentra viviendo en ese territorio. Lucha sin descanso contra todo aquellos que intentan conculcar los Derechos Humanos de los indígenas y en especial contra su poblado Yanomami. Pero por extensión a todos los pueblos y tribus indígenas que moraban en la Guayana, El Pendejo, un indígena blanco, como es identificado por todos los indígenas de la Guayan, incluso del Esequibo y norte de Brasil. Lucha sin descanso, en ocasiones cooperando con los militares venezolanos, en otras contando con la mayoría de las tribus indígenas de La Guayana, y en especial de la Nación Yanomami. La lucha de El Pendejo, es una lucha sin cuartel contra los que atentan contra los Derechos Humanos de los indígenas. Unos Derechos Humanos de los que se encontraban desposeídos, estando valorados por debajo de la calidad de las mascotas domésticas, pudiendo ser masacrados, marcados como ganado, cazados como deporte.