El amor, las lágrimas de emoción y la sonrisa, emanan del corazón con desbordada pasión, para convertir en poesías el latir acelerado del corazón, que se encuentra incentivado por la ilusión que produce la pasión, o quizá sea al contrario, y que sea la ilusión quien despierta la pasión. La poesía romántica despierta pasiones en los corazones sensibles, haciendo que florezca una ilusión que refleja sonrisas en el rostro, pero a veces, sin poderlas contener se escapan unas lágrimas furtivas, lágrimas que reflejan que han llegado al corazón, despertando sentimientos dormidos y con ellos la ilusión, de recordar momentos de amor apasionado.