GLORIA
Esta pequeña reflexión, va dirigido a una DAMA que sigue mis escritos y a la cual tengo en un enorme aprecio. Va para ti mi querida AMIGA. Con todo mi corazón.
Cierra sus ojos y sueña con el amor de su vida, que hace tiempo marcho para reunirse con Dios, mientras observa la luna compañera inseparable de pensamientos de amor. En solitario retiro, observa siempre en silencio, a esos lindos pajarillos que vienen a saludarla y beber en la piscina. Lejano, pero cercano, escucha al Mediterráneo que con brillo esplendoroso refleja el firmamento, mientras que habla en silencio con el amor de su vida. Las olas le llegan nítidas, e incluso el sabor de sal, que la humedad con el viento a veces le hace llegar. Mira las plantas, los pinos que tiene en ese rico rincón, que para ella el Edén le debe de parecer, con flores, con plantas que la enamoran y embriagan con sus aromas, en un cielo limpio y claro. Un invierno que benigno le hace pensar en su amor, le habla quedo, en silencio, ya que no suena su voz, es su mente que la lleva ante el amor que vivió. No importa que ahora esté lejos, si impregna todo sus ser y ocupa su corazón. Nadie ha ocupado su puesto y guarda un eterno amor, esperando ese momento en que se junten los dos. ¿Es sueño o es realidad? ¡Qué importa! Si en el ensueño despierta siente a su lado a su amor.
Vicente José Gil Herrera