Mar Mediterráneo.

Ser Mediterráneo.

Mi vida ha sido como el Mediterráneo. A veces con engañosa calma en la superficie, escondiendo fuertes corrientes que fluyen en las profundidades, en otras suavemente rizado, aparentando caricias, que con el tiempo desgastan y van dejando sus huellas en todo aquello que tocan. Y en ocasiones bravío, dejando trozos de él en grandes acantilados, en playas de fina arena, en malecones que intentan impedir que arrase todo, mas sin poder conseguirlo, ya que en todo lo que toca deja unos rastros de sí, pero consigue llevarse pedazos de quien pretende encasillarlo cual lago. Nadie llega a conocer la suavidad o bravura que encierran sus bellas aguas, pues cuando piensan saber, siempre ocurre algo extraño que le hace comportarse en forma muy diferente. No necesita sunamis para demostrar su fuerza, prefiere dar apariencia de mantenerse en la calma. Convive y deja vivir, pues sabiendo de su fuerza, dominando su carácter, no tiene porque mostrar su fortaleza ante nadie. No se dejen engañar, porque tenga tantos años. Pues aunque resulte viejo, conserva la juventud recorriendo por sus venas.

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