LA FUTIL ESPERA

LA FUTIL ESPERA

A lo largo de mi extensa, dilatada e intensa vida, he podido observar una gran cantidad de personas, diría que la mayoría de ellas, esperar pasivamente a que algo aconteciera, o mejor dicho, poner sus expectativas y sueños en algo que esperaban que sucediera.

Yo tuve la suerte de a mis dieciséis años, tener de maestro a un gran amigo, un anciano llamado José, que fue quien me enseñó a enfrentarme y valorar la vida en una amplísima gama de aspectos y situaciones. Fugado de mi casa, me acogió y se comportó como mi padre, mi abuelo, mi maestro y mi guía.

Yo tenía la costumbre de esperar que algo sucediera, alguna cosa que cambiara mi precaria existencia. Algo así como cuando las niñas piensan en que llegará su príncipe azul. Usaba con demasiada frecuencia las palabras “espero, cuando ocurra, suerte” y otras. Un día José, se sentó conmigo en un parque, delante del estanque de los patos y me dijo:

J.─¿Ves los patos, las carpas, los pajarillos?

V.─ Sí.

J.─¿Crees que ellos piensan en que llegará una persona a echarles comida?

V.─ No, ellos no piensan.

  1. ─ Bueno, nosotros pensamos que ellos no piensan. Pero en realidad lo desconocemos. Pero lo que quiero que entiendas, es que ellos viven el presente, el minuto, el segundo. No esperan nada, no sueñan con el día de ayer que tuvieron abundante comida o pasaron hambre. Ellos son felices a su modo viviendo el ahora. Tú te la pasas pensando en que vas a tener suerte, en que mañana será mejor, en cuando crezcas, en cuando tengas 18 años, en cuando termines los estudios, pero sin darte cuenta te privas de la felicidad o la tristeza del momento, y eso es olvidarse de vivir. Se puede estar riendo o llorando, y apreciar la belleza de lo que te rodea. He visto personas que no han vivido y solo por esperar, que les toque la lotería, encontrar una buena pareja, casarse en un buen matrimonio, una buena vejez, etc. Y no han vivido el momento. Cuando tiendas a pensar con esperanzas no fundamentadas, recuerda a esos patos. Con su cuá, cuá, mientras buscan su sustento, te están dando una lección de vida. Viven intensamente el momento, ponen todos sus sentidos en encontrar la comida, en evitar el peligro, en vivir. ¿Entendiste?
  2. ─ Sí. Tienes razón. Soñar con un suceso fortuito que cambiará tu vida, es ausentarse del momento que debes vivir. La forma de provocar que suceda, es edificando las bases cada día y sintiendo y viviendo todo lo que te acontece en el momento.
  3. ─ Así es. Se debe sentir lo bueno y lo malo, lo feliz y lo triste, lo dulce y amargo, y a la vez sentir lo que te rodea, las personas, las cosas, la naturaleza. Eso es vivir el hoy. El ayer ya pasó y no volverá, te dejará unas enseñanzas, pero se fue. El mañana no existe, puede que llegue o no, y llegará de un modo u otro, pero sin tener en cuenta tus deseos, solo aquello que tú has construido para que llegue. Si estudias, será más culto, estarás más preparado y podrás tener una carrera o no, ser feliz o no. Si trabajas podrás tener más o menos dinero, pero el trabajo de mañana, solo dependerá de lo que has hecho hoy.

Aprendí la lección y he vivido cada momento de mi vida, cada instante, cada cosa del presente ha tenido suma importancia y la he apurado al máximo, sin importar si era alegre o triste, HE VIVIDO, mientras he visto a personas esperando que acontezcan cosas, como quien espera el autobús.

Despierta, vive, disfruta, padece, sonríe, llora, vive la felicidad o el desasosiego del momento. Son tus momentos, simplemente VIVE.

Vicente José Gil Herrera.

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