Nunca he entendido los celos. Pienso que si las personas se aman, no tienen por qué existir. Pero con frecuencia he vivido ese martirio personificado por alguna de mis parejas. Y he podido observar, que hace que las personas se comporten como espías, que vigilan y siguen los movimientos y comportamientos del otro como si se tratara del enemigo. Y al final, hacen que la vida entre ambos se convierta en una guerra sin cuartel, donde hay que dar explicaciones innecesarias y que además no convencen a la otra parte. Creo, que lo fundamental es el respeto y la confianza, de otro modo, tarde o temprano la pareja acaba rompiéndose.
¡QUE COSA EXTRAÑA!
El amor es cosa extraña
que busca la posesión,
más siendo el amor etéreo
que difícil me resulta
alcanzar la comprensión.
¿Se alcanzará a poseer
la luz que viene del sol?
¿Es que puedes retener
la brisa fresca en verano?
¿Podrás tu mantener
el agua fresca de fuente
retenida entre tus manos?
¿Cantará igual el jilguero
si lo encerramos en jaula?
El amor es cosa extraña,
cuando se llega a querer
todo lo demás se aparta,
y no se piensa que a veces
con ello, al otro dañas.
¿Acaso la luz del sol
no te llegue a iluminar
si con otros la compartes?
¿Acaso la brisa fresca
debe soplar solo un rostro?
¿Acaso el agua fresca
extingue su gran caudal
si otro llega a beberla?
¿Acaso la blanca nieve
puede perder su color
porqué otros la contemplen?
¿Acaso canta el jilguero
con menor entonación
cuando alguien más lo escucha?
El amor es cosa extraña,
mas el querer posesión
en ocasiones lo daña,
pues se torna temeroso
y los recelos y miedos,
lo hacen sentirse esquivo,
silencioso y pesaroso,
y con temor de expresar
lo que debiera decir.
Por ello mi amor te pido,
que a pesar de los pesares
seques tu llanto en la fuente,
viviendo bellos momentos
que por más que son efímeros,
tienen tal intensidad
que nos convencen el alma,
olvida otros momentos,
olvidarte del mañana,
cierra tu mente a los celos
y vive solo el instante,
que sintiendo los momentos
comprenderás que te quiero.