EL AMOR ES COSA EXTRAÑA.
¡Qué cosa extraña el amor! Te puede poner alegre, eufórico, soñador, sentirte como drogado, perderte la realidad, vivir en la ensoñación. Como hacerte el más desgraciado del mundo, llorar sin consuelo, sentir hondo pesar, tener depresión, perder las ganas de vivir. Y no hablo de personas diferentes, se puede dar todo en la misma, al conocerlo y vivirlo, o al perderlo y añorarlo.
¿Todo es sensación? ¿Solo es nuestra mente? Posiblemente si, si es que haces caso a los médicos que tratan nuestra mente. Pero quizá hay algo más. Yo me niego a creer que mis vivencias solo fueron sensaciones creadas por una mente febril e incontrolada. Además, si llegara a creerlo, dejaría de escribir poesías, y posiblemente escribiera la Disquisiciones de un Loco. Porque sinceramente, el sentirse en la montaña rusa del amor, es verdaderamente de locos. Y eso, solo puede saberlo quien ha sentido el amor profundamente. Quizá, los poetas magnificamos esas sensaciones maravillosas o terribles. Pero si lo hacemos, es porque lo sentimos. No es por escribir más o menos bello, o más o menos triste. Son sensaciones maravillosas u horribles, pero son nuestras sensaciones, lo que nos da vida y nos hace escribir enfebrecidamente.
¿Has sentido esto alguna vez? ¿Has llorado y reído por causa de un amor? Si es así, has vivido, y no importa que puedan ser sensaciones de tu mente. Te aseguro que hay algo más que no puede ser medido, y ni siquiera entendido por quien no llegó a sentir el amor. Ánimo, enamórate una y mil veces, siente como se altera tu cuerpo, como con mente febril buscas una mirada, una palabra, un gesto, unos besos. Disfruta. Y si te llega el momento de sufrir porque se pierde, no importa, refúgiate en ese tiempo en que fuiste tan feliz.
