MASCULINO Y FEMENINO.
A decir de los entendidos, todos llevamos dentro una parte de masculino y otra de femenino y así también lo afirma la teoría ancestral china del Ying y el Yang. ¿Qué cantidad? Eso hay que dejarlo en el aire. Que yo sepa, no hay un medidor que lo cuantifique. Pero lo que sí puedo asegurar, que cuando existe una relación adecuada, el hombre se torna más sensible con una cantidad de femineidad equilibrada en su ser. Llega a comprender mejor los sentimientos de la mujer, y aprende a disfrutar a través de ellos, en lugar de hacerlo por los suyos propios. Esto, sin darte cuenta, se graba en tu alma, en tu sentir, en tus percepciones, y deja recuerdos que nunca pueden llegar a olvidarse.
Cierro mis ojos y sueño
que te tengo entre mis brazos,
que voy buscando tu boca
y te acaricio despacio.
Cierro mis ojos y sueño
que no existe la distancia,
que me acaricias con mimo
al escuchar mis palabras.
Cierro mis ojos y sueño
que yo te tengo en mi cama,
y recorriendo tu cuerpo
ya voy sintiendo que me amas.
Cierro mis ojos y siento
que estas temblando en mis manos,
que tu boca finalmente
se va acercando a la mía.
Que al sentir que te acaricio
me vas entregando el alma,
mientras las quejas te afligen
de tanto que estas sintiendo.
Que cada poro que tienes
mis dedos lo han recorrido,
y mis labios lo han besado
libando lo que has sentido.
Que acariciando tus pechos
vas rayando en la locura,
y cuando tomo tu cuerpo
ya te quedas sin cordura.
Que si susurro a tu oído
mis palabras cariñosas,
sientes que ellas penetran
como si fueran cuchillos.
Haciendo que tiemble el alma
junto a los cinco sentidos.
Y temblorosos de amor
los dos quedamos dormidos.
Vicente José Gil Herrera.