PRIMER AMOR.
Parroquianos: Hoy me gustaría que habláramos de tu primer amor.
Dicen que el primer beso no se puede olvidar.
Pero como olvidar el primer amor. Ese que nos hizo soñar que flotábamos en un mar de nebulosas y estrellas. Que hizo temblar nuestras carnes, sintiendo un hormigueo en el alma que resultaba imposible de poder apaciguar. Ese que sin importar la edad, llegó en tromba arrolladora, haciendo que rebosaran nuestras manos al tocar, que nos hizo ver los cielos, las estrellas y la luna. Que sin quererlo sentimos que su piel era la nuestra, que el pensamiento conjunto nos lazaba a dimensiones que no podíamos soñar. Ese amor que hizo reír al alma cándida y pura, mientras los ojos lloraban por el más mínimo revés. Amar las flores y el campo, ver en el cielo presagios que nos gritaban amor. Las nubes como auspicios de ensueño aunque anunciaran tormentas. Desplazarse por la Tierra en un continuo flotar que despertaba en los sueños y olvidar la realidad.
Posiblemente ya terminó, pero no importa, si evocando su recuerdo aun nos hace sonrojar. Sueña, revive recuerdos, que sin querer o queriendo, de juventud llenarán esos muy triste momentos que te asaltan con la edad.
Un abrazo Parroquianos y a soñar, que en los sueños se puede volver a amar.
Vicente José Gil Herrera.