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AMOR O AIRE.

AMOR O AIRE.

El amor es como el aire. Sin él no se puede vivir. Pero en su justa medida, cuando son tormentosos, ambos pueden costarnos la vida. Los hay quietos, estables, con leves movimientos, que podríamos llamar cotidianos, ya que ni siquiera llegan a leve brisa, pero son la esencia de la vida. Hay ligeras brisas, que en verano alegran el corazón, aunque no llegan al alma, y como vienen se van. Hay brisas que pueden llegar al alma y que alteran tu sentir por sentirte oxigenado y parecerte imposible sin ella poder vivir. Hay vendavales que inciden y hacen que puedas perder la cordura por momentos, y moviendo tus cimientos te hacen que des un traspié. Hay huracanes que matan y que transforman el ser, arrancando los principios, afectando al corazón e incluso puedes perder el alma y la cordura. Hay algunos que comienzan con un huracán temible, y poco a poco se calman, pasando a vendaval, luego a brisa y al final se convierte en cotidiano.

Pero todos ellos dejaron huella en ti, ya que acariciaron tu piel y te hicieron sentir, acurrucándose en un rincón recóndito de tu ser y haciéndote vivir ¿Qué? No importa, pues tu vida es la suma de momentos, dulces o amargos, felices o tristes, pues todos y cada uno son importantes en el palacio de la memoria, y en algún momento afloran dejándonos sabor en el alma.

Parroquiano. Pienso que todos nosotros, hemos tenido de todos. Me gustaría que por un momento pensaras ¿Cuáles han sido los tuyos? Y si luego de pensarlo conservas una sonrisa, sin importar que en el medio hayas vertido unas lágrimas. Sentirás que tú has vivido, que el viento te acarició, y el aire nutre tus venas de ese gas imprescindible para que puedas vivir.

Vicente José Gil Herrera

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