En ocasiones, y más cuando eres joven, te dejas llevar por la pasión que despierta un hermoso cuerpo, una sonrisa, un coqueteo, sin analizar las cosas más importantes que cuando vas madurando te das cuenta que son esenciales. La ternura, el amor, una caricia que alivie tu dolor, una mirada que haga esfumarse las zozobras y las dudas. Pero en locura de juventud, te dejas llevar por el ardor del cuerpo, en lugar de la ternura del alma.
DESENCANTO
Aquellas palabras tuyas
que me inflamaron el alma
haciendo que yo te amara
y que perdiera la calma.
Desenfreno con locura
me hizo perder la cordura
y sin dudarlo un momento
fui camino a la amargura.
Las palabras se enfriaron
las pasiones se calmaron,
y entonces, cuando era tarde
fue que comprendí el error,
era ceguera y no amor
de un paquete de regalo
que así presentaste vos.
Luego, silencio, amargura,
de aquello que fue un amor.