EL LIBRO ANTE EL LECTOR.
Cuando un escritor, un poeta o alguien como yo garabateamos páginas y páginas para hacer un libro. Lo hacemos con seguridad, a la vez de con dudas de quien lo leerá y si lo harán. Los doctos, los profesionales y los que se lo tiene creído como escritores o escribas, con la certeza de que será un éxito. Los aprendices como yo, esos que solo traducimos lo que nos dicta el corazón, lo acometemos con enormes dudas. Y en mi caso, monstruosas y terribles, ya que además de no ser docto en letras, por mi forma de ser me planteo necesidades y metas que pueden ser inalcanzables.
Intentaré explicarme. Por lo general el objetivo de un escritor es que le lean, otros además de ello, que les sea rentable su trabajo, pues como dicen “Mira si el trabajo es malo, que te pagan por hacerlo”. Algunos, que el lector, además de leerlo y entenderlo, en algún modo se integre en la trama del libro, se meta dentro de los textos reflejados. Pero a mí nunca me ha bastado con eso, yo intento por todos los medios, que el libro entre dentro del lector, que se abra paso hasta su corazón y su mente, y que se integre en él, haciéndole sentir que es suyo. ¿Lo conseguiré alguna vez?
De mi libro POESÍAS DE HUMOR, SÁTIRA E IRONÍA
EL LIBRO ANTE EL LECTOR.
¡Al fin! Dijo el libro.
Alguien que puede que me lea.
Y si lo hace, quizás haga una reflexión.
¿Cómo alguien que pretende ser poeta,
adulto y reflexivo, puede haber escrito
tal sarta de necedades en las que fueron
mis virginales páginas?
Por lo menos es un primer paso,
Si alguien llega a leerme,
empezaré a considerarme un libro.
Si alguien inicia una reflexión
por las pobres letras que me manchan,
empezaré a sentirme reflexivo.
Si alguno al leerme siente
que su corazón se acelera
o cambia su acompasado ritmo,
entonces me sentiré poesía.
Y si por dicha o suerte
consiguiera que esas letras,
que un loco poseso derramó en mi interior,
erizarán el vello del lector.
¡Ah, entonces!
¡Entonces sentiré que soy poemario!
Vicente José Gil Herrera