En ésta poesía se encuentra un sentimiento o creencia muy arraigada en mí, que nunca se debe volver atrás, haya sido bueno o malo lo vivido, pues simplemente es pasado, se vivió y es suficiente.
Yo que he vivido en muchas partes distintas del Mundo, con personas diferentes, con otras situaciones y vivencias. Las primeras veces, cuando iba a retornar, cerraba mis ojos y veía lo que y como lo había dejado. Cuando regresaba y me encontraba con las realidades del momento, nada tenían que ver con lo que dejé, lo cual me impactaba y tenía que intentar acomodarme a una situación que no esperaba y que me costaba asumir por haberla imaginado de otro modo diferente.
De ahí desarrollé mi creencia de que aquello que paso debe quedar atrás y si se volviera a presentar la misma situación con las mismas personas, se deberá tomar como una situación nueva y diferente. Pero ante la imposibilidad de librarnos de todo el bagaje que hemos acumulado en la experiencia anterior con esa persona, es preferible pasar de puntillas y no detenerse en esa estación de nuevo.
LO PASADO, PASADO ESTÁ
No te equivoques mujer,
el decir que no se puede
en mi no es nunca vejez,
desde que era muchacho
aprendí que en el camino
tan solo se mira adelante,
que retornar en los pasos
siempre resulta dolido,
que cuando se hace camino
deshacerlo es de locos,
ya que si vuelves encuentras
lo que buscas y algo más,
y pudieras encontrar
aquello que te dolió,
y sin poder esquivar
el daño que te causo.
No puedo volver atrás
lo prohíbe mi religión.