OTOÑO TRISTE Y HERMOSO

De mi libro » Mi amigo José» Disponible en https://cutt.ly/XhORWhR

OTOÑO TRISTE Y HERMOSO

Y así, con estas vivencias, mi trabajo y mis estudios, fue pasando el tiempo, con su cadencia inexorable, y los días calurosos con sus noches claras se fueron terminando, lentamente se iban acortando los días y alargando las noches, y el sol cada mañana era más perezoso para despertarse, así   el verano en lenta agonía se iba muriendo y dejando el sitio al naciente otoño, triste y gris, comparado con el radiante verano español.

Un día dije a José, que era demasiado triste el otoño. Él me pidió que lo acompañara y después de caminar largo tiempo por las gélidas calles de Madrid, llegamos al Parque del Retiro por la Puerta de Alcalá. El viento soplaba frío y parecía que arrancara las hojas muertas con furia. Esto me hizo decirle:

A.─ ¿Ves qué tristeza hay aquí? Parece un cementerio, no cantan los pájaros o los grillos, ni las chicharras, no se ve vida, tan solo se ve, se oye y se siente el viento que azota y gime.

J.─ Este es el ciclo de la vida, pero tiene belleza, igual que la vejez en las personas. Siente el frío que trae el aire, pero mira como tu cuerpo se revitaliza con él, te sube el color a la cara, tienes más ganas de caminar, estás inquieto, en suma el frío acelera tu vida. Para ellos, para los árboles, es un tiempo de renovación, pierden sus adornos para afrontar una época austera, pero si siguieran con sus hojas sufrirían más el rigor del frío, serian como la señora que guardara sus joyas y su familia muriera de hambre.

Aprende a sacar de la vida sus enseñanzas y contempla su belleza, esa belleza muerta de hojas arrancadas, escucha su crujir al pisarlas, contempla sus colores, esa, por ejemplo. ¿Habías visto ese gris plata alguna vez, o ese verde oscuro casi negro? Es fácil criticar sin mirar. ¿Has visto la nieve en el otoño, el color blanco puro que cubre de un bello manto las ciudades y calles, los campos y caminos? ¿Te has parado a pensar la obra de arte que es tu cuerpo que permite que conserves tu calor?

¿Es posible tener tiempo para pensar que una estación del año es triste, teniendo tantas y tantas cosas que ver en ellas y meditar sobre su porqué y su belleza?

Hijo, fíjate cuando en otoño sale el sol, qué alegría se despierta en los corazones de las gentes y sobre todo de los niños, como lo aprecian por su escasez. El otoño es bello, con una hermosura diferente, pero no por eso es triste o feo. La sonrisa de un niño es bella, pero no por estar sin sonreír el niño es feo o triste, posee una hermosura diferente, otra ternura, pero es el mismo niño.

A.─ Entendí sus razones y comencé a fijarme en las cosas positivas del otoño, como el calor del hogar, el estar más tiempo en la casa, las conversaciones al lado de la estufa, el sabor y el aroma de un café recién hecho y tantas cosas, que realmente se me pasó el otoño sin darme cuenta, y fue tan corto, que llegó la Navidad sin esperarla siquiera.

Y es más, esto me hizo pensar en el otoño del ser humano, en la vejez. Si me entristecía el otoño, si me producía un malestar absurdo, ¿Qué sentiría cuando me llegara mi otoño?

Acaso, al sentir esa extraña sensación de rechazo al otoño estaba reflejando también un rechazo a todo aquello que se acercaba a su final o envejecía. Pensé en José y en los pocos ancianos que conocía y sentí que su otoño era bello.

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