PREGÚNTALE.

El poeta, cuando se encuentra enamorado se torna más sensible, y sin proponérselo, escribe sus sentimientos hacia la persona amada, a veces para guardarlos y no confesárselos, en ocasiones, como una ofrenda de amor. Pero casi siempre, hace partícipe a objetos próximos, a los astros y a la naturaleza como testigos de ese amor, porque se siente uno con todos ellos, ya que sin proponérselo transciende de su cuerpo físico y su espíritu en forma etérea, pasa a desempeñar todos los actos de su vida. Posiblemente un gran error, pero es el que produce el amor.

 

PREGÚNTALE.

Pregúntale a las estrellas

por qué te llegue a querer,

pregúntale si he llorado

por miedo a tu amor perder.

Pregúntale a los arroyos

a las aves, a los campos,

si escucharon que cantaba

en un dulce atardecer.

Que te cuente mi guitarra,

con las notas desgranadas

por mis manos temblorosas

cuando empieza a amanecer.

Cierra tus ojos mujer

y escucha como la brisa

con murmullo que acaricia

te cuenta de mi querer,

y en un susurro de amor,

te dice con ilusión

lo que siente el corazón

herido por la pasión.

Que te confiese la luna

por qué no sale a la calle,

que te diga si es envidia

por amarte en mis cantares.

Y es que al decirte te quiero,

juré con amor y fuego,

que dentro del corazón,

por siempre tendré un rincón

como prueba de mi amor,

con tu nombre y mi ilusión

 

Vicente José Gil Herrera

 

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