RECORDAR ES VOLVER A VIVIR
Hoy de nuevo es sábado. ¡Cómo pasa el tiempo! Pasan los días, los meses, los años. Y con ellos miles, millones de vivencias que han conformado lo transcurrido de nuestras vidas. Hoy desde la atalaya de los años vividos, intento reflexionar. No si mi vida fue buena o mala; triste o feliz; positiva o negativa. No, solo saber si supe actuar para no transmitir mi dolor a las personas queridas, o mi alegría a las personas que no me han estimado. Al final, detecto una expresión en mi rostro. No la veo, ya que no me miro al espejo, ese que refleja a alguien que me niego a reconocer. Un rostro ajado por el tiempo, con ojos que van perdiendo su brillo; un rostro cansado. Pero yo no soy ese, soy quien lucha cada día por hacer algo mejor, por sentir que algo de mi vale la pena; que he dejado algo de huella a mi paso y que sigo en condiciones de dejar más. Como decía, detecto un rictus en mi rostro al pensar que: “A veces canté por no llorar, y otras reí por no cantar” Sufrir o gozar fue mi derecho, mis posesiones más preciadas. Me la gane con mis obras, y solo yo se ponerlas en su contexto del momento que las produjo. Busqué soledad y silencio, aun cuando estuviera rodeado de gente y bullicio. Almacené en mi mente todos y cada uno de los momentos, guardándolos con sus sonidos, olores, vistas y sensaciones, escondidas en el corazón. Y ahora, cuando mi cuerpo ya no es capaz de responder con la vitalidad de antaño, los degusto a pequeños sorbos y me embriago en mis recuerdos. Felices, tristes, dulces, amargos, de euforia, de miedo, de amor o desamor. Que importa, son míos. Hoy brindo por ellos. Quizá en algún tiempo no pueda, será cuando llegue a viejo.
Ánimos amigos todos podemos. RECORDAR ES VOLVER A VIVIR. Recordad y revivid, notaréis que el corazón se agita.
Vicente José Gil Herrera