¿SER HUMANO?
Desde mi edad, y mirando hacia atrás, puedo decir que he recorrido un largo camino. No solo por los años vividos, sino también por la intensidad en que lo hice. La vida me enseñó que no hay objetos buenos o malos, que lo que hace la diferencia es el uso que les demos. Que igualmente la naturaleza es esencialmente buena, aunque a veces se revela contra el uso que le damos. Que incluso, los animales salvajes, fieros y peligrosos, carecen de maldad, ya que únicamente intentan sobrevivir y proteger lo que es suyo. Pero el ser humano es distinto, pues aunque raramente nace un ser que sea malo por naturaleza, en el transcurso de su vida, muchos dedican su existencia a la maldad. Disculpas no faltan, ya que aducen ser así por maltrato en su juventud, por haber nacido en un hogar desestructurado, por venganza a lo que les hicieron y un millón de justificaciones, que en el fondo son solo descargos de su propia conciencia.
A mi entender, es triste, pero la inteligencia y la capacidad de razonamiento del ser humano, en ocasiones lo conduce a la envidia, los celos, el egoísmo, la venganza, las ansias de poder, a sentirse por encima o por debajo de sus congéneres, y a despertar esa semilla de maldad que no debería germinar, sino servir de contraste para evaluar lo bueno del ser.
Desde hace muchos años, he intentado cultivar la máxima de no hacer a otros lo que no querría que me hicieran a mí. Y como medida extrema de seguridad, lo que he hecho ha sido una defensa pasiva, protegiendo a los míos y a mí mismo de acciones maliciosas. He intentado ser justo y desterrar el odio de forma de pensar y actuar, ya que requiere gran cantidad de energía, tiempo y esfuerzo. He procurado alejarme de personas negativas que propalan la maldad. Y con ello, considero que aunque no haya llegado a ser bueno, tampoco lo he sido malo. Y si existiera un Juicio Final, esa será mi defensa, viví intentando no dañar, sufrí sin intentar transmitir o hacer pagar a otras gentes. Divulgué felicidad cada vez que pude hacerlo. Y si al fin me equivoqué, serán otros quien lo juzguen y espero su comprensión.