Título: SER NATURAL
Autor: Vicente José Gil Herrera.
País: España
El Ávila, es una montaña que se encuentra en el borde de Caracas, tiene una altura de unos 2.200 m. y en esa época estaba casi silvestre, a no ser por la edificación del hotel el Ávila, la carretera que daba acceso y algunas pequeñas edificaciones de servicios.
En lo alto del Ávila, muy alejado del hotel. En un saco de dormir me preparo a pasar la noche en solitario. Necesito pensar, encontrarme conmigo mismo, preciso soledad y silencio. Al menos un silencio diferente, ya que escucho los grillos, a hormigas mordiendo hierbajos, alguna rata o topo atravesando a la carrera cerca de mí, la brisa mece el follaje con suavidad, mientras desgrana sutiles notas casi imperceptibles. Siento una humedad revitalizante que me eriza los bellos de mis brazos desnudos, y algo que penetra por mis poros inyectándome energía. Huelo a hierbas, retamas, flores silvestres. Me siento más vivo que hace unas horas. Miró al cielo, un inmenso manto de estrellas lo perlan como un árbol inmenso preparado para la Navidad. Titilan, parece que me hicieran guiños cómplices para conquistar mi alma. Siento que floto en ese etéreo velo rasgado por algunos jirones de nubes que huyen, me asombran reflejos de luces extrañas que ascienden desde algún lejano suelo, intentando contaminar tan bello espectáculo sin conseguirlo, solo le producen una perspectiva diferente. La naturaleza es tanta que vuelve natural esos reflejos. A lo lejos, en lontananza, la luna se va elevando hacia la bóveda celeste, y en mi mente la imagino reflejada en el Caribe mientras se aleja para ganar el cielo. Entrecierro los ojos, a la vez que le hablo, florece mi sensibilidad y me siento tan lleno, tan completo, que olvido que llegué buscando la soledad. Me quedo dormido, y al despertar todas mis tensiones, mi agobio, la desesperanza que me inundaba ha desaparecido. Soy otro, soy más natural.
